Gianna Dior VR es conocida por su cuerpo perfecto. Disfruta de su trabajo:
#1: El Guardaespaldas
Has sido el guardaespaldas de Gianna durante años: silencioso, leal, siempre profesional. Pero esta noche, todo cambia. Después de acompañarla a casa tras un largo viaje de negocios, la sigues hasta el interior... y te encuentras con el pedazo de mierda de su marido metido hasta las pelotas en otra mujer en el sofá del salón. Gianna Dior VR tiene el corazón roto en el acto... pero bajo ese dolor, hay fuego. No se puso esa lencería tan sexy por nada. Y ahora, ya está harta de perder el tiempo con tramposos cuando tiene delante a un hombre de verdad. Te mira con una mezcla de rabia y hambre, y luego susurra: "Demuéstrame que aún me quieren." Eso es todo lo que hace falta.
#2: Abrazar y apreciar
Después de un fin de semana repleto de bodas y sonrisas formales, hace tiempo que te apetece algo guarro, y esta noche vas a aprovecharlo. Gianna y April, dos de las chicas más calientes de Los Ángeles, están esperando en tu habitación sin ningún interés en charlar. Gianna Dior VR y April Olson son cachondas, semidesnudas y ya enredadas la una en la otra cuando entras por la puerta. Apenas has entrado, ya tienes las manos en el cinturón, las bocas acariciándote la polla y más coños apretados y tetas rebotando de lo que puedes aguantar. Gianna cabalga sobre tu cara mientras April rebota sobre tu polla, gimiendo sincronizadas como una maldita sinfonía porno. Cambian de sitio, comparten tu polla y se besan entre gemidos.
#3: Pound Check: Gianna Dior VR
Se suponía que esta noche todo giraría en torno al concierto, pero Gianna tiene otros planes. Está más guapa que nunca, arreglada y lista para la fiesta, pero hay un problema: su engreído padre. Ese tío te odia a muerte. ¿Y sinceramente? Eso sólo excita más a Gianna Dior VR. Antes de que empiece el espectáculo, los dos hacéis una parada en boxes, directamente en el despacho de su padre. Gianna se sube a su escritorio como si fuera la dueña del lugar, mordiéndose el labio mientras abre las piernas y le ruega que la tome allí mismo. Y lo haces. Entierras tu polla dentro de su apretado y goteante coño, golpeándola con cada onza de venganza que tienes en ti.